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Toda nuestra humanidad depende de reconocer la humanidad en la otredad
Desmond Tutu
Por Eduardo A. Carrasco
El presidente constitucional de México, Andrés Manuel López Obrador, recientemente ha presentado la guía ética para la transformación de México, en compañía de casi todas las personas coordinadoras del trabajo de trayectoria periodística, con la única ausencia de la académica de la filosofía.
Sin considerar la presentación ni el índice, la propuesta suma veinte páginas y el mismo número de preceptos, con el ánimo de ser una base para la reflexión pública en la materia.
Los preceptos abordados van del respeto a la diferencia y de la vida, al de la dignidad, la libertad, el amor, el sufrimiento y el placer; el pasado y el futuro; la gratitud, el perdón, la redención, la igualdad; la verdad, la palabra y la confianza, la fraternidad; las leyes y la justicia, la autoridad y el poder, el trabajo; la riqueza y la economía, los acuerdos, la familia, y concluye con el precepto de los animales, las plantas y las cosas.
Si bien no es una guía definitiva –como lo dice la presentación-, en la presentación se explicó que es un trabajo en el que alguno de sus coordinadores tiene años trabajando y que se reflexionó con más de cuatrocientas propuestas recogidas a través de la página web que se facilitó para dicho fin.
En su somero diagnóstico, asume que la pérdida de los valores éticos es consecuencia del modelo neoliberal de la economía, que en México lo data en la década de los años ochenta del siglo pasado y los primeros veinte del siglo XXI, donde se subordinó a la persona a la economía; destacando que la economía debe estar al servicio de la persona.
La redacción es de lectura ágil y, como se comentó en la presentación, se entregará a las personas adultas mayores, para que puedan comentarla con las personas más jóvenes de su respectiva familia.
La guía procura ser inclusiva especialmente en materia de género y diversidad, sin embargo, la redacción muestra todavía aspectos patriarcales en el uso del género masculino, como se notó en la lectura en voz alta especialmente en la participación de la única mujer que leyó incluyendo fuera del texto: todas y todes, además de todos.
Resulta ser un documento que busca dar respuesta a las críticas que provocó la cartilla moral, editada a partir del texto de Alfonso Reyes y que fue ampliamente criticada y descalificada por ser considerada un texto anacrónico.
Acaso la guía tiene como base el respeto a la dignidad de la persona humana en todas sus formas y expresiones, incluyendo a las personas perpetradoras de actos ilícitos, corruptos e incluso violentos, especialmente donde el texto llama al perdón como una liberación del odio y el rencor de alguna víctima, además del arrepentimiento y la restauración del daño de parte de quien perpetra algún daño.
Llama la atención que, ante una pregunta en la conferencia, la participación de Pedro Miguel (sic) recuperara la comprensión popular del pecado original como causa de descalificación de la otredad, acaso uno de los conceptos que también deba ser transformado.
En este contexto, el Arzobispo Desmond Tutu, un anglicano negro que vivió bajo el régimen racial del apartheid, padre biológico de una mujer negra, casada con su esposa lesbiana y encargado de la comisión de la verdad y la reconciliación en la Sudáfrica posterior al régimen segregacionista, inspira el epígrafe de esta colaboración como eco a la guía propuesta por el actual gobierno de México.
Vale la pena revisar el sumario de la ley propuesto por Jesús: amar a Dios y amar al prójimo (Mateo 22:37-40), de donde se puede comprender acaso que el pecado sea el desamor, acaso reflexionar sobre el amor con base en lo que sugiere la misma guía.
Si bien el mito del génesis bíblico relata que la prohibición para Adán y Eva fue comer del fruto del árbol del bien y del mal (Génesis 2:17), desafortunadamente la comprensión popular del pecado original se asocia a la concepción misma de la vida humana y por tanto a las relaciones sexuales, por lo que vale la pena recordar que en el mismo relato, cuando Dios concluyó la creación vio que todo era bueno, incluyendo a la humanidad en todas sus formas (Génesis 1:31).
Eduardo Carrasco Gómez publica todos los jueves en este medio.
Eduardo Carrasco Gómez es teólogo y comunicólogo, profesor invitado en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
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