PISCAR PIEDRA ¿CUÁNTO SE INVIERTE PARA ACABAR CON UN PUEBLO?
- Iveth Serna
- 2 dic 2021
- 4 Min. de lectura
Hace treinta años Petacalco era uno de los muchos pueblos olvidados de la costa grande de Guerrero, su pequeña población vivía de las oportunidades que le daba habitar a pocos kilómetros del puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán, pero los más, lo hacían de las gracias naturales que ofrecía la unión de la selva baja con el mar.
Por su bahía agreste pocos eran los que se atrevían a andar, quienes lo hacían encontraba una playa cubierta de piedras y restos de conchas y animales marinos que presumían la riqueza acuática del Pacífico indomable. Entre el vaivén de las hamacas nacía y moría el sol.
En 1993 a este pueblo llegó la modernidad y el desarrollo con la inauguración de la central termoeléctrica Plutarco Elías Calles, una de las más grandes del país y de las más importantes de su tipo en Latinoamérica, de los caudales antes llenos de peces ahora emanaban las esperanzas de progreso, un proyecto de esa magnitud no podría sino traer riqueza y así fue, por lo menos los primeros años en los que el auge del sector transportista y el de los servicios, especialmente el de los alimentos, alimentaron los sueños de abandonar la marginación. Petacalco ya aparecía en los mapas.
Con el transcurrir de los años el sueño de bonanza se esfumó entre las cenizas de la termo que ahora lo cubrían todo: el trabajo se acabó, los niveles de pobreza no disminuyeron y los daños al medio ambiente eran irreversibles; hasta que una segunda promesa de crecimiento llegó en 2005 con el anuncio de la puesta en marcha del proyecto de expansión Carboeléctrica Pacífico, la primera central termoeléctrica supercrítica de México, cuya construcción estuvo a cargo de Mitsubishi Heavy Industries, nada podía salir mal ahora que los japoneses que “mueven el mundo hacía adelante haciendo avanzar las vidas de todos (…) allanado el camino hacia un futuro de éxito compartido” (MHI, 2021), estaban al frente.
En 2010 Petacalco Unidad 7 inició operaciones con una producción de una capacidad bruta de 678 MW y una capacidad neta de 651 MW, lo que la convirtió en la segunda más importante del país, pero ni los japoneses con toda su tecnología de vanguardia, ni todos esos megawats mejoraron las condiciones de vida de una comunidad que para ese año comenzaba a padecer las primeras señales de la violencia del narcotráfico.
Fuera de las bardas del desarrollo la realidad era otra, comandos armados patrullaban las calles del pueblo, los jóvenes que no emigraban a los Estados Unidos se unían a las filas de la delincuencia organizada como sicarios, halcones o traficantes, muertos y desaparecidos se contaban por montones, el terror y el dolor rondaban las calles que años atrás habían sido levantadas por la promesa del desarrollo, la pobreza más cruda invadió los hogares de los que no abandonaron el pueblo.
Una década de resistencia en la que los pobladores de Petacalco vieron como los peces morían y los mangos se marchitaban por la contaminación de la termoeléctrica y, sin embargo, encontraron la forma de sobrevivir en el mismo lugar que lo hicieron treinta años atrás. Familias completas recorren la playa por horas bajo un sol abrazador seleccionando rocas y llenando arpillas por las que no obtendrán ni trescientos pesos, mientras observan como poco a poco la densidad de la ceniza oculta el paisaje marítimo.
En 2019 la CFE anunció el inicio de operaciones en la Terminal de Minerales a Granel maniobrada por la empresa Terminales Portuarias del Pacífico para descargar 71 mil 500 toneladas de carbón provenientes de Ciénega, Colombia, primer desembarco de un programa de intensificación para generar energía en la termoeléctrica, es decir, se aumentó la quema de carbón a un millón 300 mil toneladas al año y se construyó un patio de almacenaje para 4 millones de toneladas. Para esto se invirtieron 320 millones de pesos, dinero que permitirá mejorar la distribución de electricidad al occidente y centro de México, a cambio de la vida de todo un pueblo.
De acuerdo con el proyecto North American Power Plant Air Emissions publicado por la Comisión para la Cooperación Ambiental de México, Estados Unidos y Canadá, la carboeléctrica de Petacalco, Guerrero, ocupa el primer lugar en la emisión de mercurio y dióxido de carbono, el tercero en la emisión de óxidos nitrosos y el quinto en dióxido de azufre, lo que, de acuerdo con Greenpeace la coloca como uno de los puntos críticos de este tipo de emisión contaminante en el mundo.
Las décadas de gobiernos desdeñosos de la población, de política energéticas dañinas y de la consecución de una idea retrógrada del desarrollo han causado, y están causando, daños irreversibles en el bienestar de los habitantes de la comunidad de Petacalco que poco a poco fueron viendo como la pobreza, el deterioro ambiental, los empleos precarios y las enfermedades relacionadas con la contaminación fue lo único que les dejó la promesa de la modernidad.
El veneno del desarrollo se extiende por otros pueblos del municipio de la Unión como Zorcúa, Coyuquilla, Feliciano, Guaricho, Tamacuas, Zacatula, el Naranjito y San Pancho, así como de Lázaro Cárdenas, ellos también se están muriendo, y el único camino es recoger piedra porque sólo eso les han dejado.
Fotografías de Sergio González Serrano
REFERENCIAS
CEC. (01 de diciembre de 2021). North American Power Plant Air Emissions. Commission for environmental cooperation. North American Power Plant Emissions (cec.org)
Gobierno de México. (01 de diciembre de 2021. La central termoeléctrica de Petacalco inicia operación de carbón por la terminal de minerales a granel. SEMAR LA CENTRAL TERMOELÉCTRICA DE PETACALCO INICIA OPERACIÓN DE CARBÓN POR LA TERMINAL DE MINERALES A GRANEL (puertolazarocardenas.com.mx)
Greenpeace. (01 de diciembre de 2021). México actúa como si el cambio climático no existiera y apuesta al carbón. Greenpeace México. México insiste en negar el cambio climático y rema en contra, Greenpeace - Greenpeace México
Johnson, T. (2010). Low-Carbon Development for Mexico. The World Bank. World Bank Document
Kommentare