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NOVIOLENCIA Y RESISTENCIA: EL SENDERO DE LA PAZ PARA MÉXICO

Somos un centro de investigación y análisis de comunicación para la reflexión, discusión y generación de propuestas para el bienestar mediante la creación de conocimiento práctico que abone al diseño de mejores políticas públicas.


Gandhi fue probablemente la primera persona de la historia en elevar la ética de amor de Jesús por encima de la mera interacción entre los individuos al nivel de una fuerza social poderosa y eficaz a gran escala.

Martin Luther King Jr.


Por Eduardo Carrasco


Martin Luther King Jr., Pastor de la Iglesia Bautista, nació un 15 de enero en Georgia (1929-1968), mientras que Mahatma Gandhi (1869-1948), nacido en la India, realizó sus estudios universitarios en Inglaterra, siendo asesinado un 30 de enero cuando Luther King tenía 19 años de edad; el 15 de enero y el 30 de enero marcan un intervalo que consideramos pertinente para reflexionar sobre el camino de la paz.


La distancia geográfica y cronológica entre ambos personajes se hace evidente; sin embargo el ejercicio de la Noviolencia y la resistencia civil pacífica que Gandhi asumiera desde la espiritualidad y el activismo, fue un legado del que se apropió Luther King en su campaña para promover los entonces llamados derechos civiles, a través de la Campaña por la Gente Pobre, que recientemente ha cobrado vigor a raíz del asesinato de George Floyd a manos de un policía en Estados Unidos.


Acaso los contextos y las demandas también tenían distancias propias que aparecen como ajenas, debido a que Gandhi promovió principalmente la independencia de la India, aunque previamente impulsó los derechos de la comunidad hindú en Sudáfrica.


Por su parte, Luther King encaró la segregación que lesionaba a la comunidad afrodescendiente en EEUU, a raíz del desacato de Rosa Parks, la mujer negra que se negó a ceder su asiento de autobús a un hombre blanco, lo que le mereció la cárcel, detonando así la manifestación que lideró Luther King.


En ambos casos, la discriminación y la violencia se mimetizaron en el maltrato institucional vs las personas diferentes, generando la legitima inconformidad y asumiendo la ruta de la paz sin tolerancia de los excesos institucionalizados, promoviendo así una respuesta de resistencia y de noviolencia.


Sin embargo la violencia tiene, además de los rostros sistémicos, expresiones que han deformado a las instituciones; en México, además de las contradicciones y los llamados vacíos legales del entramado jurídico, desde hace décadas diferentes sectores del poder fáctico han cooptado áreas importantes para la impartición de justicia, la seguridad pública y un sinnúmero de dependencias gubernamentales.


En este sentido, vale considerar la ruta de la resistencia pacífica y noviolenta ante diferentes poderes que dominan áreas de las instituciones formalmente establecidas, como los llamados poderes fácticos.


Recientemente, diferentes medios de comunicación informaron del hallazgo de un grupo de personas incineradas en Tamaulipas, al parecer eran de origen guatemalteco, así como la expulsión a balazos de un grupo de familiares en búsqueda de personas desaparecidas, quienes encontraron fosas clandestinas cerca de Culiacán, Sinaloa.


Por otro lado, los índices de violencia en cada año electoral reflejan una escalada creciente y tal parece que el 2021 que tiene el mayor número de cargos de elección en juego no será la excepción; los intereses velan sus armas y sus estrategias para la colisión, dejando a la ciudadanía en la indefensión, además del contexto pandémico.


Acaso la resistencia civil y la noviolencia sean una alternativa que evidencie lo perverso del juego de intereses, pero además de confrontarlos, la información contextualizada de los hechos puede desenmascarar a quienes lideran los ataques que se perpetran contra la población; en este contexto el periodismo juega un papel estratégico, especialmente teniendo en crisis su credibilidad.


En este sentido, impulsar la cultura de la noviolencia desde la ciudadanía y el periodismo, implica la articulación y la colaboración honesta basada en la responsabilidad; conformar una alianza de estos sectores vulnerables puede y debe consolidarse para dar cabida a la reconstrucción de la paz.


Gandhi y Luther King confrontaron sin violencia sistemas institucionalizados logrando transformar su entorno en un espacio más habitable; acaso en el México del 2021 el periodismo y la ciudadanía puedan articular para hacer lo propio ante los poderes fácticos y metainstitucionalizados, teniendo como referente las palabras de Gandhi: La paz no es la meta, sino el camino.

 

Eduardo Carrasco Gómez publica todos los jueves en este medio.


Eduardo A. Carrasco Gómez, teólogo y comunicólogo, profesor invitado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

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