MÁS ALLÁ DEL MEME
- Claudia Pérez Flores
- 29 mar 2022
- 3 Min. de lectura
Todos nos hemos divertido con los memes que circulan en las redes sociodigitales, los hay de todo tipo y nos hacen amena la existencia, sin embargo, ¿qué hay más allá de esta peculiar representación gráfica?
Si nos detenemos un poco a reflexionar, los memes contienen una carga simbólica y cultural única que los hace dignos de análisis más allá de lo divertido. Entre algunas de sus características se encuentra que el meme tiende a ser anónimo, es casi imposible saber quién lo creó. Por lo regular, el meme que nos postean, que posteamos, que vemos colocado en el muro de alguien o que recibimos por el WhatsApp no tiene autoría, no obstante, es obvio que alguien con la creatividad, rapidez y buen humor lo comparte en la red.
Otra característica del meme es la inmediatez y su viralización lo es aún más. Algo peculiar es que el meme en ocasiones utiliza elementos del pasado y presente y existe una resignificación tanto de lugares, tiempo, objetos y personajes. Se puede decir que, en el meme, existe una intertextualidad que de acuerdo con Gómez (2001, p. 32) “supone la presencia efectiva de un texto en otro, y puede entenderse como la interconexión de los discursos que aparecen en películas, videos musicales, reportajes fotográficos y todo tipo de aplicaciones audiovisuales que invaden la iconósfera contemporánea”.
El meme es multifacético, nadie se escapa, en él caben personajes del deporte, de la política, artistas, comediantes, presidentes y personajes como la “señora de las tlayudas del AIFA”. No obstante, algo que distingue al meme, es que se entiende a partir del universo simbólico compartido o conocido.
Hay memes que sin el antecedente previo de la cultura o el lenguaje -en un tiempo y espacio determinado- no generan el mismo efecto. El meme del actor Gary Coleman mejor conocido como Arnol en la serie televisiva de los años 80´s, “Blanco y Negro”, se entiende mejor por la generación que la vivió, que por quienes no la identifican (tampoco tendrían por qué hacerlo) Sin embargo, en ellos existen elementos que decodifican la información que para algunos genera más humor porque posiblemente entienden mejor el contexto.
Castaño (2013, p. 82- (Castaño, 2013)104) señala que el meme es un fenómeno de internet que contiene una unidad informática (idea, concepto o creencia) que se replica a través de la red. Y más allá de una moda, el meme llegó para quedarse.
El meme también atraviesa por la intertextualidad inter-soportes porque obedece a las interferencias que surgen entre los distintos discursos audiovisuales (imagen fotográfica, pictórica, publicitaria, televisiva, fílmica o multimedia y se inserta en la hipertextualidad en la que posee la capacidad de abrir conexiones entre varios textos.
Todo esto inmerso en un contexto posmoderno que se caracteriza por poner en crisis los sistemas de representación, por el rechazo a la pureza y a la abstracción, se le apuesta a la fragmentación, la heterogeneidad en donde existe una combinación de historias individuales junto a historias colectivas. Para Gómez (2001, p. 36) en la era posmoderna “hay un cierto aire de comicidad estereotipado en el que es fácil observar un cierto gusto por el humor negro o simplemente humor.
De acuerdo con el autor, los relatos posmodernos utilizan todo tipo de relaciones transdiscursivas y autorreferenciales, adoptan diversas estrategias audio-visuales con el fin de seducir y «atrapar» la mirada del espectador y agrega “los medios audiovisuales ofrecen cualidades para llamar la atención del espectador. La velocidad de las imágenes es quizá uno de los motivos que más ha conseguido impactar en el modo de percepción visual, y se puede considerar como un elemento clave de la sociedad posmoderna” en la que el meme llegó para quedarse.
Referencias
Castaño. (2013). Defining and characterizing the concept of Internet meme. Revista of Internet meme, 82-104.
Rafael, G. A. (2001). Análisis de la imagen, estética audiovisual. Madrid: Laberinto comunicación.
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