Durante la década de los 80´s y 90´s, los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos solían llamar a sus familiares en día domingo porque la tarifa telefónica era mucho más barata y conversaban por horas pegados a un teléfono público. Este momento era esperado por las familias y como no hacerlo cuando se está lejos de casa.
Estas prácticas sociales para las nuevas generaciones es un fósil. Sin embargo, era la forma de comunicación para compartir experiencias de una mixtura bicultural mexico – americana.
Con el desarrollo de la tecnología, estas prácticas se transformaron. Ahora, el migrante porta celular, se conecta a internet e interactúa en las redes sociodigitales en tiempo real a pesar de las limitaciones en la conectividad. Como todos, las personas migrantes han aprendido a utilizar la tecnología de manera intuitiva y consultan información a través del celular.
Esta hibridación es el parteaguas para comprender que la interacción de las audiencias con los medios ha cambiado. Lo peculiar, es que si bien los medios han transitado a lo digital, los canales y contenidos en ocasiones no reflejan la promoción a la diversidad.
Las personas migrantes en tránsito por México son un ejemplo de audiencias heterogéneas, complejas y en constante cambio. Son audiencias que se informan pero la información que obtienen, no está encaminada a promover sus derechos. Por lo que, hablar de la promoción de la diversidad, no solo es segmentar a una audiencia por sus gustos, preferencias o hábitos de consumo sino conocer a grupos sociales desde su realidad para propiciar una comunicación dialógica que favorezca la solidaridad.
La promoción a la diversidad que tendría que ser una obligación del Estado y una función social de los medios, es atendida por organismos pro derechos humanos que informan a los migrantes sobre los riesgos de migrar, cómo regularizar su situación migratoria, dónde encontrar ayuda psicológica, jurídica y refugio. Aunado a esta omisión, los migrantes se enfrentan a una opinión pública polarizada que lejos de sumar seguridad o bienestar, divide ideologías que tienen como resultado diversas manifestaciones de violencia. Son los organismos pro derechos humanos y los grupos migrantes, quienes se apoyan entre sí.
Acciones como solicitar protección y asesoría jurídica gratuita, tramitar un CURP temporal, para realizar servicios públicos o hacer valer sus derechos, no están en la agenda de los medios oficiales y particulares. Al respecto, la defensa de las audiencias desde la promoción de la diversidad debe ser vista de manera integral y transversal, desde fuera y dentro de la institución u organización en donde exista un equilibrio entre lo comercial y social, donde la misión, visión y valores no sean estandarte, sino una forma de comunicación-acción informativa online y offline.
En ese orden de ideas, el defensor de las audiencias tendría que ir más allá de atender y responder quejas o sugerencias, tendría que contar con una visión del mundo para entender fenómenos complejos como la migración, tendría que mirar al mundo tal como es, promover los derechos de grupos vulnerables como los migrantes porque una migración bien gestionada desde los medios abona a la construcción de una imagen favorable de este grupo y por ende, contribuye a una sociedad más equitativa lejos de la xenofobia. Al final, entre lo analógico o lo digital, el teléfono convencional o el celular, lo que siempre prevalecerá será la comunicación humana.
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