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Por José Luis Flores Torres
Una de las perspectivas apocalípticas más extendida en torno a los efectos producidos por el mundo digital, es que traería consigo, un modelo de sociedad formada por individuos que viven una suerte de soledad acompañada, con amistades al estilo Facebook con los que nunca se ha cruzado palabra. Tales dinámicas, contrastan con el modelo de sociedad constituido por grupos vinculados por relaciones, más o menos, formales, con sistemas jerárquicos claros, colectividades ensambladas en torno a modelos de familia y sistemas burocráticos en donde cada cosa tenía su lugar.
Así, para ser justos, habría que reconocer que tal modelo de sociedad ya estaba en crisis antes de la masificación de Internet. No obstante, la evolución de Internet hacia su versión 2.0 empezó a agudizar la idea de que el individualismo en red era una realidad que amenazaba la manera en la que la sociedad había estado organizada durante siglos. Es decir, habría que aclarar que el individualismo en red (Networked Individualism) se refiere a la manera de entender al conglomerado social, formado por sujetos enlazados a través de la tecnología digital.
Así, en su texto “The Rise (and Possible Fall) of Networked Individualism”, el sociólogo norteamericano Barry Wellman, establece la idea de que la sociedad entera está en una época de transición. Explica el autor que la sociedad está migrando de estar organizada de manera tradicional, con sujetos agrupados en entornos próximos, domésticos o locales, al surgimiento de la llamada sociedad red, generada a partir de las tecnologías de información y comunicación, en particular por Internet, las redes sociodigitales y comunidades virtuales que ahí se pueden construir.
Así Wellman plantea la idea de que esta lógica de transformación social (generada a partir del surgimiento de la sociedad red) empezó a desarrollar al mismo tiempo un individualismo en red que pudo empezar a revertirse a partir de los eventos acaecidos el 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York.
Para entender este cambio de paradigma, cabe señalar que para conceptualizar lo social, Wellman parte del desarrollo de la idea de lo que llama glocalización, la cual, explica, es una manera de situar el entorno generado por Internet y las redes sociodigitales en un contexto que traspasa lo local para situarse en un panorama global.
Siguiendo el concepto glocalización, la idead del surgimiento del individualismo en red se origina a partir del cambio en el modelo de relación de las personas tradicionalmente habituadas alrededor de jerarquías centralizadas, visibles y autárquicas, juntos como hogares o grupos laborales.
Por ello Wellman, cuestiona la idea del individualismo en red ya que puntualiza que el nuevo panorama tecnológico genera individuos conectados (a partir de las herramientas que proporcionan los entornos digitales) con el entorno global, en donde, además, pueden enlazarse simultáneamente con diversos entornos, grupos de interés, empresas, comunidades, etc. Así, se plantea la idea de que, en realidad, el sentido de esta nueva realidad social no es generar sujetos aislados enganchados a la tecnología. En realidad, la lógica de tal paradigma es constituir nuevas formas de vinculación, más abiertas y participativas.
Para complementar esta idea vale la pena revisar la manera en la que Manuel Castells conceptualiza la sociedad red como aquella estructura social compuesta de redes potenciadas de tecnologías de la información y de la comunicación basadas en la microelectrónica. Entendiendo por estructura social, aquellos acuerdos organizativos humanos en relación a la producción, el consumo, la reproducción, la experiencia y el poder, expresados mediante una comunicación significativa codificada por la cultura.
Así podemos distinguir que en el sentido en el que Castells concibe a la sociedad red, los cambios generados por ésta, impactan no solo en la vida laboral o comercial de los países y/o individuos, sino que tiene repercusiones amplias en la cultura y en la vida cotidiana de las personas.
Así, el sociólogo norteamericano observa que los recursos tecnológicos de la red en realidad posibilitan la generación de nuevos entornos laborales, nuevas posibilidades tecnológicas, nuevas formas de contratación, formas de liderazgo, lealtades múltiples, etc.
No obstante, no hay que olvidar que la sociedad red, es un fenómeno complejo, en el cual la tecnología aporta solo una parte de lo que lo constituye. En torno a esto coinciden Castells y Fumero ya que previenen que estos cambios son paradigmáticos y deben ser entendidos como sociales y tecnológicos a la vez. El propio Wellman reconoce que las personas no están enganchadas a los gadgets, están enganchadas entre sí.
Así, según Wellman el individualismo en red tuvo un auge, pero este se empezó a revertir a partir del atentado terrorista antes citado. No obstante, si consideramos a la sociedad red desde una perspectiva más amplia, allende el entorno de las empresas y de los gobiernos, podríamos ver que el individualismo en red parece ser un concepto vigente, más allá de los cambios en la seguridad nacional en los Estados Unidos y en el entorno global, ocasionados por los citados atentados.
Hoy en realidad tendríamos que hablar incluso de individualidades en red, formadas por individuos con vinculaciones múltiples, integrantes al mismo tiempo de grupos de interés con roles diferenciados e identidades desplazadas capaces de tener cabida en el mundo on y off line.
Como ejemplo, podemos observar que las colectividades formadas, gracias a las redes sociodigitales, en torno a los migrantes, que construyen desde la individualidad, comunidades virtuales que los agrupan para generar redes solidarias formadas por pares. Así tal colectividad se sirve de la tecnología digital para conectarse, comunicarse y generar redes de contacto que abonan a la construcción de capital social. Así entendidas las comunidades virtuales construidas por grupos migrantes se constituirían como una suma de individualidades multiconectadas para cumplir determinados propósitos, utilizando variados recursos pertenecientes tanto al mundo on & offline.
Así, al parecer, contrario a lo que plantea Wellman el individualismo en red no decayó, sino que se transformó para fortalecer la constitución de individualidades interconectadas, capaces de generar comunidades en red, amplias, participativas, más libres y vinculadas a través de la red.
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José Luis Flores publica todos los martes en este medio.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, Maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y Doctorante en Investigación de la Comunicación por la Universidad Anáhuac México. Académico en la Facultad de Comunicación en la Universidad Anáhuac México.
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