¡Esto está muy friki! dijo un profesor para referirse a la experiencia de las clases mixtas, híbridas, semipresenciales o como se les quiera llamar.
Y es que algo característico de esta pandemia, es la forma acelerada en la que nos adaptamos no solo a la tecnología sino a la comunicación que establecemos.
Me escuchan, me oyen, ¿si ves mi presentación?, ¿me das acceso?, ¡graba la sesión!, vamos a tomarnos una foto… son algunas expresiones de esta cotidianidad.
Esta extraña vivencia es hasta cierto punto normal si tomamos en consideración que el tiempo de la virtualidad ha sido largo y adaptarnos a una experiencia un poco más real no es sencillo para nadie ni para los maestros que en momentos fijan su atención en el zoom y en el aula.
Lo peculiar de esta interacción es que también hay pausas o silencios que se dan tanto en lo offline como en lo online lo cual me llevó a pensar en la importancia de la comunicación humana que de acuerdo a Fernández (2015) tiene diferentes niveles que van desde la comunicación intrapersonal, interpersonal, en grupos pequeños, la comunicación pública y masiva.
En ese sentido, más allá de lo anecdótico de la dinámica de clase híbrida, está la comunicación de grupos que se caracteriza por reglas de amistad, apoyo mutuo y la confianza que se diferencia de la comunicación impersonal que no es tan estrecha y se mantiene sólo por circunstancias.
De acuerdo con Fernández (2015) algunos elementos que motivan el desarrollo de una relación son: la proximidad, las actitudes, la complementariedad de necesidades, la auto descripción, la auto revelación y la reciprocidad que surge cuando los participantes en una relación se interesan por un número de comportamientos, creencias y temas importantes e íntimos para el otro, aunque también puede haber disolución.
En la comunicación de acuerdo con Naranjo (2005) “esto significa que en la medida en que por lo menos dos personas se den cuenta cada una de la presencia de la otra, se establecen líneas de comunicación de las que es imposible abstraerse” (p. 4) y es cierto, a pesar de lo incómodo que resulta traer lentes empañados, desplazar la mascarilla a cada momento para beber líquido, atender de manera simultánea a la cámara y al profesor, la comunicación prevalece.
En las clases híbridas la metacomunicación está presente porque interviene la comunicación verbal, no verbal y escrita pero también lo simbólico, lo subjetivo e incluso el silencio que alerta sobre algo que está pasando con la comunicación. A pesar de todo, el proceso de adaptación que estamos viviendo y de lo friki que es ver a una persona doble, algo así como un avatar, es la comunicación la que nos salva porque hasta el silencio comunica.
Referencias
Fernández Collado, C. (2008). La comunicación humana en el mundo contemporáneo. México: McGraw-Hill.
Pereira Naranjo. (2005). Perspectivas sobre la comunicación. Actualidades investigativas sobre la comunicación, 33.
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