ALFABETIZACIÓN MEDIÁTICA E INFORMACIONAL
- Claudia Pérez Flores
- 14 dic 2021
- 3 Min. de lectura
¿Quién no ha descargado un libro de manera digital? Esta práctica parece común, pero en torno a ella, existe todo un cuestionamiento ¿estamos violando los derechos del autor? o, por el contrario, ¿es la posibilidad de que millones de personas en el mundo lo puedan leer o utilizar al mismo tiempo?
Esta discusión la planteaba Nicholas Negroponte, fundador y director del MIT Media Lab, un laboratorio de diseño y nuevos medios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ante la polémica de regular Internet. Para Negroponte es inútil normar la cultura de la información digital ante el volumen y la diversidad del contenido.
Este debate no es reciente, sin embargo, existen pros y contras al hablar de los contenidos en Internet. Por un lado, ofrece oportunidades infinitas como el comercio electrónico, la comunicación y el flujo de información en tiempo real, pero por el otro, es la puerta a problemas como la pornografía y la propagación de la violencia que, dicho sea de paso, no depende propiamente de Internet sino del usuario tanto en lo offline como online.
De ahí la importancia de la alfabetización mediática e informacional. Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en los últimos años ha realizado un esfuerzo con la Alianza Mundial para las Asociaciones sobre Alfabetización Mediática o Informacional también conocida como Media Information Literacy (MIL) para promover la cooperación internacional con el fin de garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a las competencias de comunicación e información.
Esta propuesta empodera a los ciudadanos con los conocimientos necesarios sobre los medios, la información, las TIC y otros aspectos de la alfabetización. Entre las habilidades que se desarrollan se encuentran: acceder, encontrar, evaluar y utilizar la información que se necesita de manera ética y eficaz; comprender el papel y las funciones de los medios de comunicación y otros proveedores como bibliotecas, museos y archivos para la autoexpresión, el aprendizaje permanente, la participación democrática y la buena gobernanza; y para producir contenido, incluido el generado por el usuario.
El MIL es relevante para las naciones y sus ciudadanos ante el cada vez mayor flujo de información en el ciberespacio y las fake news que no desaparecerán sino por el contrario, se espera que vayan en aumento.
Y es que no sólo es tener una computadora y hacer uso de Internet sino también importa el contenido que se postea o se difunde a través de la red. Desafortunadamente mucho de este material además de la desinformación, fomenta estereotipos y reproduce discursos de odio lo que limita la tolerancia, la igualdad y el respeto y, por lo contrario, acentúa diversas formas de violencia.
Esta iniciativa va más allá de la censura o de la libertad de expresión porque apuesta al ciudadano y no sólo permea a lo digital sino también a lo analógico, aunque se destaca que se preocupa más por la información y las noticias y menos en contenidos como el entretenimiento, las comunicaciones interpersonales y la publicidad.
Este esfuerzo es valioso porque mucho de lo que se ha aprendido a partir de la tecnología se ha hecho desde lo intuitivo, sin embargo, la alfabetización mediática e informacional es un camino para propiciar discursos que eviten la normalización de la violencia en contextos tan complejos como los que se viven en México.
Referencias
Bainbridge, J. (2000, Apr 13). Negroponte's wired world. Marketing, , 15. Retrieved from https://www.proquest.com/magazines/negropontes-wired-world/docview/214991789/se-2?accountid=41021
UNESCO. (2021). Obtenido de https://es.unesco.org/themes/media-and-information-literacy/gapmil
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